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adolescentes

justificación del proyecto

Proyecto "Aprendiendo entre todos a relacionarnos de forma saludable"

Este proyecto es el fruto del trabajo en grupo de adolescentes y jóvenes de la comunidad al servicio de la cual está el centro de salud y de nuestra interrelación con padres, profesionales de la educación (educadores, orientadores psicopedagógicos) y sociosanitarios (personal de los servicios sociales, técnicos del área de juventud del ayuntamiento, terapeutas familiares, trabajadores sociales y sanitarios).

Creemos que la salud es un estilo de vida que se puede aprender en un proceso de continua construcción entre todos. Muchos de nuestros problemas de salud como adolescentes y jóvenes (aburrimiento, atonía vital, fracaso escolar, consumo de drogas, comportamientos violentos, temores respecto a la figura corporal y la sexualidad, problemas relacionales y de comunicación, dificultades para controlar emociones como la ira, la ansiedad, la tristeza y los celos) son difícilmente abordables en las consultas tradicionales de los médicos o enfermeras.

Nadie puede cambiar a otra persona si ella no quiere. Queremos ser los protagonistas de nuestras vidas y de nuestros propios cambios. Potenciando todas nuestras capacidades humanas lograremos mayores cotas de salud.

Agradecemos a los profesionales sociosanitarios con los que algunos de nosotros llevamos compartiendo experiencias cuatro años (consulta joven, grupos de autoayuda como los talleres de desarrollo personal para adolescentes) el haberse planteado la conveniencia de transferirnos responsabilidad en este proceso de aprendizaje, haciéndonos partícipes de la elaboración y puesta en práctica de este nuevo proyecto. Nos han demostrado, a lo largo de estos años, que aproximarse a los adolescentes y jóvenes con sinceridad y honestidad, respetándonos, aceptándonos como somos, provoca en nosotros las mismas cualidades y que las expectativas, positivas o negativas, de una persona influyen realmente en la otra persona con la que se relaciona (efecto Pygmalion). En este proyecto vamos a intentar ser pygmaliones positivos de nuestros compañeros, padres y educadores.

Muchas veces nos sentimos fuera del tiempo y el espacio de los otros, al no tener la palabra o carecer de poder para decir, hacer o disponer. A menudo, también, nuestras obligaciones, la convivencia con gente que tiene valores diferentes a los nuestros o el no tener satisfechas nuestras necesidades interpersonales de seguridad, estima, contacto e intimidad corporal son una importante fuente de nerviosismo, agobio, enfado, tristeza, soledad… Esto nos sucede a todos: padres, hijos, educadores,… No obstante, comportarnos de forma violenta o no violenta va a depender de cómo sepamos hacer frente a esta tensión emocional. Es uno de los problemas que, con diferentes caras (falta de comunicación, intolerancia, agresividad, rechazo, xenofobia, racismo, violencia de género,... ), más sufrimos en nuestras familias, centros educativos y en las calles de nuestra ciudad, generándonos malestar y consiguiente pérdida de salud. Este proyecto quiere ser una respuesta a ello.

Promover una vida cotidiana sin violencia en la que se cubran las necesidades interpersonales de apego, amistad, afecto y sexualidad es promoción de la salud. Adquirir habilidades de conocimiento y desarrollo de las posibilidades, estar más a gusto con uno mismo, aprender a comunicarse con los demás y a pronosticar y calibrar las consecuencias antes de tomar una decisión son pasos previos imprescindibles para una eficaz prevención de problemas psicosociales (drogodependencias, embarazos no deseados, trastornos alimentarios,...).

Somos conscientes que nuestras formas de participación en la comunidad están condicionadas por la disponibilidad de tiempo personal, que es en general escaso, y nuestros intereses prioritarios (amigos, parejas,…), por lo que preferimos polarizar esta participación, en este proyecto, en torno a los entornos próximos donde nos es fácil movemos de manera no formal: familia, amigos, instituto, trabajo, centro de salud (consulta joven, talleres de adolescentes), la calle,… en lugar de asociaciones vecinales, sindicales o políticas, en las que no estamos habituados a manejarnos y nos sentiríamos extraños. Este es nuestro estilo y tendréis que respetarlo.