Para el diseño del PROYECTO ‘CRECIENDO CON ATENCIÓN Y CONSCIENCIA PLENA’ (UN CENTRO DE SALUD “CONSCIENTE”, AMIGO DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA), que fue reconocido en el año 2013 con el Primer Premio en los XV PREMIOS SEMFYC PARA PROYECTOS DE ACTIVIDADES COMUNITARIAS EN ATENCIÓN PRIMARIA (PACAP), nos apoyamos, sobre todo, en seis principios:
1) Empoderamiento para la salud de niños y adolescentes:
En nuestro centro de salud entendemos el empoderamiento para la salud de niños y adolescentes como el proceso mediante el cual los propios niños y adolescentes adquieren un mayor control sobre las decisiones y acciones que afectan a su bienestar físico, psíquico y social.
Los niños y adolescentes pueden participar en el diseño, prestación y evaluación de los programas de promoción de la salud para que estos satisfagan sus necesidades. La capacitación y participación de niños y adolescentes como educadores para la salud de otros niños y adolescentes facilita que los programas, las actividades, la información y los servicios respondan a sus preocupaciones. Ello sólo es posible si confiamos en ellos y les pedimos ayuda para mejorar nuestros programas y servicios.
Dar la palabra a los niños y adolescentes no significa hacerles encuestas, que van a recoger estereotipos y discursos esperables, sino crear una situación propicia para que se expresen sobre cosas que conocen directamente, que forman parte de su vida y sobre las que todos tienen algo que decir.
Para que los niños y adolescentes puedan y deseen expresarse, hace falta que los adultos sepamos escucharles, esto es, no sólo ponerse en disposición de escucha, sino también intentar comprender, dar valor a sus palabras, a sus verdaderas intenciones, recoger el mensaje. Los niños y adolescentes que hablan poco y se expresan mal tienen también cosas importantes que decir y sólo esperan adultos capaces de escucharlos y de comprenderlos. Escuchar significa colocarse de su lado, estar dispuestos a defender sus posiciones y sus requerimientos. Es así como se estimula la participación, la prosocialidad y se integran las personas, se fortalecen las redes solidarias, y se crece en salud.
2) “Atención y consciencia plena” o “mindfulness”:
El “mindfulness” puede entenderse como presencia atenta y reflexiva a lo que sucede en el momento actual. Pretende que la persona se centre en el instante presente de un modo activo, procurando no interferir ni valorar lo que se siente o se percibe en cada momento. Como procedimiento terapéutico busca que los aspectos emocionales y otros procesos de carácter no verbal sean observados, aceptados y vividos en su propia condición, sin ser evitados o intentar controlarlos, pues el control sobre sucesos incontrolables, sujetos a procesamiento automático, requiere de la mera experimentación y exposición natural con la menor interferencia posible.
El mindfulness enseña:
• A centrar la atención en lo que se hace en cada momento o allá donde se quiera, percibir qué se siente o piensa, sin que esas sensaciones, preocupaciones o cualquier contenido mental le desubiquen a uno del momento presente.
• A rechazar automatismos.
• Y a desarrollar un estilo de vida autoconsciente (incluída alimentación consciente, actividad física consciente y consumo consciente)..
Practicar mindfulness ayuda a reducir la impulsividad, el estrés, la ansiedad, el sufrimiento y el dolor. Posibilita ponerse en contacto con esos estados internos de tensión que a uno le atemorizan, sin dejarse arrastrar por ellos, y activar el potencial sanador de la persona. Uno llega a comprender cómo se relaciona con sus problemas de salud y aprende a potenciar sus propios mecanismos de regulación. Se hace cargo de su presente con plena consciencia, observa las sensaciones y las preocupaciones y, al observarlas, éstas se debilitan. Abrirse a las sensaciones físicas que se están experimentando, con la intención de no luchar contra ellas, sino de aceptarlas tal como son provoca el efecto de relajar la tensión interna., permitiendo decidir si uno puede tolerar la sensación y va a aplicar cualquiera de las técnicas de autorregulación y/o afrontamiento del problema a su alcance. La persona que es consciente de sus emociones le resulta más sencillo evaluar la situación en la que se encuentra, modular sus sentimientos y subordinar sus impulsos a las metas que se propone (por ej., dejar de fumar), aumentando las probabilidades de alcanzarlas.
3) Educación para la salud consciente:
Se trata de educar para la salud a través de la atención y consciencia plena. El objetivo es aprender a:
- gestionar nuestras capacidades de control sobre nuestra salud desde la atención y consciencia plena
- relacionarnos de forma empática con las personas, sin juzgarlas, desde la aceptación (al aceptarlas se relaja la tensión entre como las vemos y como creemos que deberían ser facilitando poner toda la energía en el desarrollo saludable del potencial humano) y la no exigencia (exigir es desresponsabilizar al otro, yendo en contra de su empoderamiento para la salud).
La educación para la salud consciente posibilita una integración de la mente y el cuerpo, brindando así, una escucha interior más profunda, la cual incide en la prevención de diferentes problemas psicoemocionales, la mejora del bienestar general y el desarrollo activo de comportamientos adaptativos.
4) Plasticidad psicológica y creatividad como fuentes de salud:
Es importante ayudar a niños y adolescentes a aprender los múltiples mecanismos psicológicos de adaptación y las estrategias de defensa que les van a ayudar a vivir, a relacionarse de forma satisfactoria y a desarrollar todas sus potencialidades. Dentro de estos mecanismos están la plasticidad psicológica (aquella actitud que posee la persona de poder entrar en los escenarios cambiantes que le propone la vida, "adaptándose activamente") y la creatividad (permite a la persona no aceptar pasivamente lo que masivamente le propone su entorno). La capacidad de adaptación no sólo permitirá al niño y adolescente aclimatarse a situaciones novedosas, de mayor o menor riesgo sobre su salud, sino que le motivará a perseguir metas posibles y a recuperarse emocionalmente de las circunstancias más espinosas que viva.
5) El modelado:
Es un proceso de aprendizaje observacional, en el que la conducta de un individuo o un grupo (el modelo), actúa como estímulo para generar conductas, pensamientos o actitudes semejantes, en otras personas que observan la actuación del modelo.
Para Bandura: "Todos los aprendizajes que son resultado de la experiencia directa, pueden ocurrir de forma vicaria". Según Albert Einstein. “Dar ejemplo no es la principal manera de influir en los otros, es la única manera”.
6) La importancia de la etapa de desarrollo infantil en la reducción de las desigualdades en salud futuras:
Es un área clave para potenciar la equidad en salud; las desigualdades en la etapa de desarrollo infantil darán lugar a desigualdades en la vida adulta, y en consecuencia a la creación de un círculo de desventaja intergeneracional. Las intervenciones en la etapa infantil suponen una ganancia en salud que dura toda la vida y las sociedades que invierten en la infancia y sus familias tienen mayor nivel educativo, mejor estado de salud y menores desigualdades en salud. Por todo ello, es necesario avanzar de forma prioritaria en la puesta en marcha de acciones integrales que aseguren una buena infancia promoviendo la igualdad de oportunidades de desarrollo para los niños y niñas.