Adolescentes rebeldes e impulsivos
Se estima que entre 5 y 10% de los menores de 20 años padece trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH). Sin embargo, muchos adolescentes con TDAH viven sin diagnóstico y tratamiento porque sus padres y profesores confunden su “conducta irrefenable” con la "rebeldía e impulsividad" propias de su edad.
Se sabe que el TDAH se manifiesta a través de tres síntomas característicos: gran distracción, tremenda impulsividad y actividad exagerada no propositiva. Hay numerosos casos de adolescentes que sufren TDAH pero que nunca les ha sido diagnosticado; son víctimas de constantes reproches y experimentan por ello profundo malestar, ya que les cuesta mucho hacer las cosas como los demás y dan continuos disgustos a su familia. Se sienten como auténtica calamidad y, aunque lo intentan, no logran poner remedio a sus fracasos. Tienen la cualidad de ignorar la autoridad sin poder controlar su impulsividad, y si los padres y profesores intentan "corregirlos" con regañinas, castigos o chantajes sólo obtendrán resultados contraproducentes, pues aunque el adolescente tenga el deseo de cambiar, la imposibilidad de modificar su conducta tiene como consecuencia baja autoestima y frustración.Hay dos tipos esenciales de TDAH, uno en que sobresalen impulsividad y actividad exagerada no propositiva y otro donde la falta de atención es predominante.
Los adolescentes con TDAH en donde predomina la hiperactividad y la impulsividad se caracterizan por los siguientes síntomas:
- Hablan más de la cuenta y "se andan por las ramas".
- Nunca encuentran el tiempo para realizar sus trabajos y siempre los hacen en el último momento.
- Les cuesta jerarquizar y programar qué tienen que hacer.
- Les es difícil controlar el paso de la horas; piensan que tienen tiempo de sobra para todo hasta que descubren que "ya es demasiado tarde".
- Es difícil para ellos planificar actividades con anticipación y se dejan llevar fácilmente por los impulsos del momento.
- Les cuesta entender, olvidan y discuten con mucha facilidad las reglas que les son impuestas.
- A menudo se sienten inquietos y necesitan realizar alguna actividad: mover los pies, columpiarse en las sillas, jugar con alguna cosa con las manos o seguir el ritmo de la música que oyen.
- Les cuesta controlarse y, a menudo, se comportan de forma impulsiva, por lo que suelen decir cosas de las que luego se arrepienten.
- Se meten fácilmente en líos o son blanco sencillo de las acusaciones cuando los líos se producen cerca de ellos.
- Tienen cambios bruscos de humor.
En cambio, los adolescentes con TDAH en donde hay mayor dificultad en la concentración tienen las siguientes características:
- Les cuesta seleccionar la información más importante.
- Tienen dificultades para mantener la atención en sus clases, y no pueden evitar pensar en otras cosas.
- Se sienten inseguros porque a menudo tienen sensación de estar olvidando alguna cosa importante: la entrega de trabajos, fecha de un examen, cita con alguien u otros.
- Son conocidos por sus despistes.
- Cuando lo que están haciendo no les atrae, se distraen con increíble facilidad.
El TDAH puede causar al adolescente problemas en su rendimiento escolar, sentimiento de inferioridad si se compara continuamente con los otros compañeros de su edad y hacerle perder el control de algunas situaciones, llevándole a decir cosas o realizar actos violentos. Este padecimiento conductual no debe su origen a una mala educación (sobreprotección, falta de autoridad o de límites,...) o a que el adolescente sea vago o malo, como muchos le hacen creer. El TDAH es una disfunción neuropsicológica que requiere un diagnóstico y tratamiento adecuado que permita al adolescente acceder y sacar el máximo provecho a su potencial creativo e imaginativo (que en estos adolescentes suele ser mucho).
Si crees que padeces TDAH, anímate a:
- tener un proyecto vital que te ilusione
- marcarte objetivos concretos y cortos en la dirección de ese proyecto vital
- utilizar una agenda y estructurar tus actividades diarias mediante una rutina
- buscar un lugar conveniente para estudiar o hacer tareas
- disponer de un horario de estudio y dedicar 10 minutos diarios a organizar tus apuntes y tareas diarias
- rodearte de adultos positivos que te apoyen, te acepten y te admiren, que te feliciten cuando concluyas exitosamente tus tareas, que te enseñen a pensar por ti solo y tranquilamente en las consecuencias de tus actos (sobre todo cuando dudes), que te ayuden a comprender que sus observaciones constructivas no tienen la intención de provocar una pelea, que promuevan en ti autonomía y deseos propios (no los suyos) y no caprichos (play, moto,...)
- volver a intentar las cosas que no te salgan bien y pedir ayuda si es necesario
- buscar profesionales que te diagnostiquen y traten adecuadamente
Te puede ser de gran ayuda hablar con tu orientador o tu médico o acudir las tardes de los lunes a la consulta joven del centro de salud Manuel Merino (C/ Manuel Merino esquina con el paseo del Val, sala 2, teléfono 918824220 / 918824000, pregunta por Patricio, móvil 630589872) donde se te atenderá garantizándote la confidencialidad dentro de los límites que marca la ley.
22 comentarios
Ruza -
alma rosa -
jaqueline -
STEFANIA -
son estudiantes muy indisciplinados y debido a esto en ningun colegio los reciben. lo que estamos haciendo es induciendolos a las drogas y haciendo de nuestra juventud personas dañinas para la sociedad. yo soy madre de un joven de 156 años y realmente no se manejar esta situacion nesecito ayuda......
oli -
viki -
Anónimo -
karla -
nanacy casillas -
lorena! -
pero no padezco nadaa!
weno me piro!
rocio -
rocio -
daniel -
werw -
camii -
Respuesta a vanessa -
vanessa -
juan carlos ponce -
cesar -
flavia -
laly -
rnr87 -