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La violencia entre los jóvenes es prevenible

La violencia entre los jóvenes es prevenible

La Organización Mundial de la Salud (OMS), en su 49 Asamblea Mundial de la Salud adoptó la resolución WHA49.25, en la que se declara que la violencia es un problema de salud pública fundamental y creciente en todo el mundo. El informe mundial sobre la violencia y la salud es una parte importante de la respuesta de la OMS a dicha resolución. En dicho informe, se deja claro que:

1) “Es posible prevenir la violencia y disminuir sus efectos, de la misma manera en que las medidas de salud pública han logrado prevenir y disminuir las complicaciones relacionadas con el embarazo, las lesiones en el lugar de trabajo, las enfermedades infecciosas y las afecciones resultantes del consumo de alimentos y agua contaminados en muchas partes del mundo. Es posible cambiar los factores que contribuyen a producir respuestas violentas, ya sea los dependientes de la actitud y el comportamiento o los relacionados con situaciones sociales, económicas, políticas y culturales más amplias. La violencia se puede prevenir. Este no es un artículo de fe, sino una afirmación fundamentada en datos fidedignos. Los ejemplos de resultados exitosos en este sentido pueden encontrarse en todo el mundo, desde las acciones individuales y comunitarias en pequeña escala hasta las iniciativas nacionales de política y legislativas”.

2) “La comprensión de los factores que incrementan el riesgo de que los jóvenes se conviertan en víctimas o perpetradores de actos violentos es esencial para formular políticas y programas eficaces de prevención de la violencia”. Los factores individuales (biológicos, psicológicos y comportamentales) de riesgo “no existen aislados de otros factores de riesgo. Los factores asociados con las relaciones interpersonales de los jóvenes —con sus familias, amigos y compañeros— también pueden influir mucho en el comportamiento agresivo y violento y configurar rasgos de la personalidad que a su vez pueden contribuir al comportamiento violento”. “Las comunidades en las cuales viven los jóvenes ejercen una influencia importante en su familia, en la índole de su grupo de compañeros y en la forma en que pueden estar expuestos a situaciones que conducen a la violencia”. “Varios factores sociales pueden crear condiciones conducentes a la violencia entre los jóvenes”.

3) El modelo ecológico en cuatro niveles (individual, relacional, comunitario y social) “se utiliza para un doble fin en este sentido: cada categoría del modelo representa un grado de riesgo y también puede concebirse como un punto clave para la intervención”.

El proyecto de participación comunitaria de adolescentes y jóvenes del centro de salud Manuel Merino, de acuerdo con su lema “Aprendiendo entre todos a relacionarnos de forma saludable”,  se ha planteado ayudar en la búsqueda de respuestas imaginativas al problema de la violencia entre los jóvenes y ha puesto en marcha el PROYECTO DE EMPODERAMIENTO PARA LA SALUD Y CREACIÓN DE UNA RED COMUNITARIA DE JÓVENES AGENTES EN MEDIACIÓN Y PREVENCIÓN DE LA AGRESIÓN "JÓVENES EN RED POR SU DESARROLLO SALUDABLE Y CONTRA LA VIOLENCIA: PROGRAMA J.A.M.P.A”.

.Los objetivos del PROGRAMA J.A.M.P.A. son dos:

A. Aumentar el empoderamiento para la salud de las y los jóvenes participantes en el proyecto y de aquellas/os con los que conviven (capacitarlos para que sean responsables y promotores de su desarrollo biopsicosocial y el de su entorno).

B.  Promover su participación en la prevención de la violencia entre jóvenes.

Y las estrategias (y actividades) para conseguirlos van a ser:

- Creación de un órgano estable de coordinación (Comisión Permanente de Coordinación)

- Sensibilizar a una “masa crítica” de población (Campaña “Espacios juveniles libres de violencia”, Rancho familiar contra la violencia)

- Desarrollo de espacios de investigación acción participativa (Grupo IAP sobre la violencia entre jóvenes)

- Desarrollo de espacios de reflexión (Parlamento Juvenil, ¿Qué tal un café?)

- Desarrollo de espacios formativos (Taller de promoción de la salud para jóvenes, Taller de capacitación de Jóvenes Agentes en Mediación y Prevención de la Agresión –J.A.M.P.A.-, Taller sobre violencia y salud para padres y educadores)

- Desarrollo de espacios de expresión y producción (Web joven, Certámenes creativos, “Libro Blanco” sobre la violencia interpersonal, la salud y la juventud)

- Impulsar una red comunitaria juvenil (Red centinela de J.A.M.P.A.)

Os animamos a todas y todos (adolescentes, jóvenes, asociaciones juveniles, educadores, centros educativos, padres, AMPAs,...) a participar de forma individual o colectiva en este proyecto. Basta con contactar con el Centro de Salud Manuel Merino (C/ Manuel Merino 1, 918824220-918824000; preguntar por Patricio Ruiz –móvil 630589872-) o con la mesa de salud escolar del Área 3.

¿Te sientes acosad@ en el colegio o instituto?

¿Te sientes acosad@ en el colegio o instituto? El colegio o el instituto ya es de por sí suficientemente difícil sin que te hagan comentarios sobre tu cuerpo en los pasillos, te pellizquen el trasero en la clase de gimnasia o te escriban “gorda” o “maricón” en tus cuadernos. Muchos son los comportamientos que pueden causar que un / a estudiante se sienta incomodo / a o que no desarrolle con normalidad sus actividades escolares (como poner atención en clase, jugar en un equipo deportivo o cruzar con tranquilidad los pasillos o el patio del instituto).

Se puede considerar acoso escolar a toda conducta no deseada que daña la habilidad del alumno para participar en programas escolares. Pero el acoso escolar es un tema complicado.
Hay casos claros de acoso. Si una persona que trabaja en el centro educativo te chantajea dándote un premio si aceptas sus propuestas o castigándote si las rechazas, eso es acoso. Si un compañero te amenaza e intimida para que le hagas los deberes, le pases las soluciones de un examen o le dejes una prenda de vestir, también. Pero las cosas se vuelven más confusas cuando estamos hablando de otro tipo de acoso más sutil: acciones que aisladamente no son acoso, pero que sí se repiten en el tiempo pueden considerarse acoso. Por ejemplo, si un chico le pide una cita a una chica, aunque ella no este interesada en lo mas mínimo, no se considera acoso. Pero si él le sigue preguntando una y otra vez de forma amenazante, eso sí es acoso.

Todos conocemos ejemplos de comportamientos que se pueden considerar acoso si suceden regularmente:
- Gestos, silbidos, miradas (amenazantes, lascivas, sobre determinadas partes del cuerpo,...)
- Frotar o tocar determinadas partes del cuerpo del otro (palmaditas en los muslos, en las nalgas,...) o de uno mismo (genitales) delante del otro
- Mostrar pornografía o fotos sexistas o contar chistes o historias sexuales o pedir sexo
- Pintadas insultantes en un escritorio o en las paredes del baño (escribir cosas como "Laura es una puta", “Jorge es maricón”)
- Invadir el espacio personal de una persona (pararse demasiado cerca a uno / a de manera que le haga sentir incomodo / a)
- Presionar a alguien (para salir en una cita, para que le deje su cazadora,...)
- Difundir rumores o hacer bromas pesadas desprestigiando al otro
- Hacer el vacío, no saludar, no contar con el otro para las actividades

Y cómo sé si no estoy malinterpretando al otro. Si no estás seguro / a si te están acosando, hazte esta pregunta: ¿te sientes bien o mal? El acoso hace sentir mal. Y la mayoría de las veces a las dos personas: al acosador y al acosado. Si te ves con fuerzas suficientes, plántale cara y déjale claro tus sentimientos. Si consigues que se ponga en tu lugar, hay más posibilidades de que la cosa se pare.

Pero si no para, cómo pelearlo. El acoso te puede hacer sentir triste o impotente. Recuerda que:
- Siempre puedes buscar ayuda y no lo tienes que aceptar.
- Si lo comunicas, los centros educativos tienen que llevar a cabo acciones. Díselo a tu tutor / a o al jefe de estudios o habla con el orientador de tu instituto.
- También puedes acercarte al CIDAJ (C / San Felipe Neri, 1) o a los talleres y la consulta joven de promoción de la salud del adolescente del centro de salud Manuel Merino (C/ Manuel Merino, esquina con el paseo del Val, enfrente del centro comercial El Boisán).
- Si no te atreves de palabra, una buena idea es anotar los incidentes, escribirlos en un diario y enseñarlo a una persona de confianza que te pueda dar apoyo.
- No te sientas raro / a: hay muchos jóvenes que les ha sucedido o les sucede lo mismo.
- Cuando se metan con vosotros, no perdáis el control (se meterían aún más)
- No os riáis si os toman el pelo (les daría la idea de que os gusta que se burlen)
- Limitaos a mirarles fijamente a los ojos y decir algo como “¡A ver si crecéis!” o “Eso tiene tan poca gracia...”. Acabarán dejándoos en paz porque les habéis transmitido directamente el mensaje de que no pueden sacaros de quicio. Que no os dejáis avasallar.